01Tratamiento Bótox

Tratamiento Bótox

¿Quieres suavizar las arrugas de expresión?

 

Toxina botulínica, popularmente conocida como Bótox, es una sustancia producida a partir de proteínas derivadas de las bacterias Clostridium botulinum. A pesar de ser utilizada en otras áreas de la medicina, actualmente su mayor uso es en medicina estética debido a su efecto preventivo y corrector de las arrugas de expresión y del envejecimiento.

Cuando gesticulamos, reímos o lloramos, los músculos del rostro se contraen y, como consecuencia de las frecuentes contracciones y con el pasar de los años, esa actividad repetitiva de los músculos al contraerse desarrolla las arrugas de expresión profundas en la frente, zona externa del ojo -“patas de gallo”- y entrecejo, que dan aspecto de enfadado. 

Administrada en dosis pequeñas y directamente en los músculos de la cara, la toxina botulínica es el tratamiento idóneo para hacer desaparecer las arrugas de expresión, porque actúa relajando los músculos de la cara que las producen. Indicado especialmente para las arrugas de “pata de gallo”, frente, entrecejo y bandas platismales del cuello.

La toxina botulínica relaja, no rellena y se ha demostrado su efecto rehabilitador sobre el músculo que actúa. No se debe confundir con otros tratamientos que pueden voluminizar y variar las formas faciales.

Está indicado tanto en jóvenes como en pieles más maduras. Los pacientes jóvenes también se benefician porque su aplicación tiene carácter preventivo, retardando la aparición de las primeras arrugas. El público masculino es un reciente simpatizante de la técnica, les proporciona un tratamiento rápido, prácticamente indoloro, sin riesgos y natural, dejándolos más jóvenes.

Una vez realizado el tratamiento, a partir de 72 horas aproximadamente, es cuando se empiezan a notar los efectos de la toxina. La duración de los efectos es variable, dependiendo de cada persona y de sus características faciales, formas de mover la cara, tipo de piel, edad y sexo. La duración normal del tratamiento es de entre 3 meses y 6 meses. Lo normal es repetir el tratamiento cada 4 a 5 meses, antes de que desaparezca completamente el efecto.

No requiere anestesia previa, las inyecciones son prácticamente indoloras.

Los efectos secundarios que pueden aparecer, siempre de tipo local, son:

Dolor en el punto de inyección, edema local y eritema, pequeño hematoma en la zona de inyección, ojo seco. En algunos casos, puede aparecer leve cefalea transitoria que remite con un analgésico.